Cómo mejorar tu Autoestima

 

 Autoestima:

 

Uno de los temas más frecuentes en las consultas es los que tienen que ver con la baja autoestima.

Estas consultas nos llegan en forma de preguntas acerca de determinadas situaciones o temas que los pacientes no se animan a abordar o a hacer, ya que en general temen el “ser juzgados” o ser “mal vistos” por terceros.

La baja autoestima conlleva una percepción negativa sobre uno mismo, y es un factor que nos puede limitar mucho en nuestra vida cotidiana.  

Trataremos de identificar qué es lo que nos pasa realmente  y cómo podemos intentar solucionarlo.

Es posible alcanzar una autoestima adecuada y saludable, pero debemos poner todas nuestras capacidades a funcionar  para lograrlo.

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es el conjunto de percepciones, evaluaciones, pensamientos y sentimientos que tenemos acerca de nosotros mismos. Por lo tanto, es una valoración “nuestra”, que construimos a partir de nuestras propias experiencias.

Es muy importante destacar que: es nuestro propio juicio de valor ,no lo hizo un Profesional de la salud, lo hacemos nosotros con “las herramientas” que tenemos….

En este concepto interviene nuestra noción de  “autoimagen” o imagen que elaboramos de nosotros mismos.

Esta imagen comenzamos a construirla desde que vamos teniendo uso de razón, a través de las enseñanzas que vamos recibiendo, lo que vamos incorporando de nuestros referentes desde nuestra infancia  y nuestras percepciones en la interacción con el  contexto y con nuestros vínculos.

Así vamos construyendo nuestra historia personal y por consecuente nuestra autoimagen.

Por lo tanto, esta imagen obviamente  también irá en directa proporción con nuestra estabilidad psíquica y emocional.

También afectará nuestra forma de transcurrir  nuestra vida personal, ya que nuestra visión ejercerá una incidencia directa sobre nuestra forma de ser y actuar nuestra vida: por eso su gran importancia.

Pero algo muy importante a tener en cuenta es lo siguiente:

Como es “nuestra percepción” es una construcción subjetiva.

 Esto quiere decir que esta percepción que nosotros  nos encargamos de construir en muchos casos no coincide con la realidad de nuestra personalidad, ya que como vimos tiene incidencias desde distintos lugares, lo que generalmente hacemos es generar una imagen “devaluada” de nosotros mismos.

Síntomas que me pueden hacer reflexionar sobre la autoestima:

Pensemos entonces en algunos de los síntomas (seguramente haya muchos otros) que nos pueden advertir de que nuestra autoestima no está en “su nivel adecuado”:

  • 1) No tengo seguridad en mí misma/o.

2) No expreso mis opiniones por temor a ser rechazado o por pensar que mis opiniones no tienen el mismo valor que las de los demás.

  • 3) No me siento merecedor de las cosas buenas de la vida.
  • 4) Me cuesta definir bien qué es lo que quiero con certeza.
  • 5) No me esfuerzo por conseguir lo que quiero ya que de antemano siento y creo que no lo voy a lograr.
  • 6) No me relaciono con los demás como me gustaría ya que pienso que no voy a hacerlo bien y seguramente me van a dejar de lado.
  • 7) Necesito la aprobación y del juicio de los demás con mucha frecuencia.
  • 8) Me dejo “pasar por encima” con frecuencia y facilidad ya que no me atrevo a imponerme cuando es necesario. No tengo la firmeza necesaria.
  • 9) Veo al resto de las personas como “superiores” a mí y me gustaría ser como ellas.
  • 10) Temo decir lo que siento y pienso ya que seguramente no les guste a los demás lo que tengo para decir.
  • 11) Suelo atribuir a causas externas mis logros, por lo que los desvalorizo.
  • 12) Le doy mucha importancia a lo que siento que son “fracasos”, los sobrevaloro y estoy todo el tiempo dedicando mi energía y tiempo a pensar en qué fue lo que hice mal para que ocurrieran, culpándome y sintiéndome responsable de la situación la mayoría de las veces.
  • 13) Casi nunca estoy satisfecho con lo que hago ya que creo que siempre podría estar mejor.
  • 14) No me siento orgulloso de mis realizaciones.
  • 15) Me siento triste en general.
  • 16) Me cuesta terminar lo que comienzo ya que me desmotivo con mucha facilidad.
  • 17) La toma de decisiones se convierte en algo muy difícil ya que creo que decida lo que decida, difícilmente sea una buena opción, así que casi siempre me dejo llevar por lo que decidan los demás, aunque sea de mi propia vida.
  • 18) Pienso con frecuencia en mis debilidades y casi nunca dedico tiempo  a pensar y reivindicar mis fortalezas.
  • 19) Es muy difícil que tome la iniciativa en algo.
  • 20) Me siento “juzgado” y muchas veces “perseguido” en situaciones sociales (siento que están hablando de mí u opinando en forma negativa).
  • 21) Me siento culpable, aunque no termino de identificar la razón.
  • 22) Me siento poco atractivo.
  • Si estoy en pareja, controlo a esta persona constantemente, ya que tengo temor a ser dejado y me pregunto “qué me encontró para querer estar conmigo”.
  • 23) En general me comparo con otras personas y muchas veces deseo la vida que tienen otros.
  • 24) Siento que no tengo o tengo muy poco para aportar, por lo cual prefiero mantenerme callado.

 

Entonces:

Si te sientes de la forma antes mencionada (o con algunas de éstas características), estas realizando una valoración muy negativa de tu personalidad, lo que hará que tu autoestima se mantenga en un nivel bajo o muy bajo.

Recuerda que es una percepción subjetiva y por tanto ésta puede cambiar !

 

 Tratemos de realizar un mejor cuidado y consideración de nuestra imagen:

 

Hablemos acerca de determinadas convicciones que debes generar, construir e incorporar a tu personalidad para que comiences a valorarte saludablemente y así poder quererte y creer en  ti mismo.

 Comenzarás a descubrir tu real potencial y tus capacidades si realizas el trabajo necesario para comenzar con el proceso de mejora de tu autoestima.

¿Cómo puedo mejorar saludablemente mi autoestima?

Muchas personas se preguntan si hay alguna manera de mejorar su “propia” autoestima.

Claro, los niveles de autoestima pueden mejorarse considerablemente.

Es un proceso que no ocurre de un día para el otro, sino que debemos tomar conciencia de que solo cada persona puede mejorar en este sentido a base de mucha actitud, voluntad, constancia y siguiendo algunas sugerencias basadas en evidencias que han sido cuidadosamente estudiadas.

 

 

Estas son las Sugerencias:

Deja de boicotearte:

Tenemos que intentar ser objetivos y realistas tanto con nuestras capacidades como con nuestras debilidades.

Prioricemos cuáles son los objetivos en nuestra vida. Tenemos que comenzar por ordenar y ordenarnos: es hora de utilizar nuestra energía donde mejor beneficio nos va a reportar.

Creo que todos coincidimos a la hora de pensar que:

El objetivo es vivir una vida plena y saludable.

Para lograrlo debemos aceptar determinadas  cosas que tal vez no hacemos “tan bien” y aprender de ellas.

Comencemos por valorar nuestros logros, aprendamos de éstos. Que nos sirvan como motivador de futuros nuevos emprendimientos. Gastemos nuestra energía en generar la convicción de qué bien lo hemos pensado y llevado a cabo.

Vamos a observar y ser conscientes de lo buenos valores  que tenemos y de lo bien que los ponemos en práctica.

Importante: Recuerda que si te quedas en palabras no has configurado ninguna acción de cambio.  Sólo sirven las acciones que realices.

Comencemos por dejar de boicotearnos y dejar de pensar en qué no hicimos o hicimos mal. No nos aporta nada este pensamiento y estamos induciendo a nuestro cerebro en una dirección que no nos genera ningún beneficio, todo lo contrario.

 

  1. Comienza a pensar con el optimismo necesario.

Cambia tus pensamientos. El “no puedo” por “voy a intentarlo”, “voy a tener éxito” “me va a ir bien”.

 Afrontar los temas con optimismo en nuestra vida es tan determinante como fundamental, ya que nos ayudará a salir de una  dinámica negativa que nos inhabilita.

Recordemos que somos nosotros los que enviamos las indicaciones a nuestro cerebro, para que éste pueda procesar e ir alcanzando las distintas emociones y estados de ánimo.

Favor ahuyentemos nuestros “fantasmas”, nuestros miedos.

Nuestra “intencionalidad” es fundamental en este sentido. Tenemos que ayudarnos con mucho deseo, determinación y voluntad. 

Un estado de ánimo optimista debe convertirse en nuestra prioridad. Desde que comienza nuestro día tiene que ser nuestra responsabilidad convertir esta situación en un hábito.

  1. Ponte metas realistas y alcanzables:

 Metas a las cuales sea relativamente fácil llegar, para que puedas alcanzarlas.

 Poco a poco las podremos ir aumentando, y veremos que paso a paso iremos alcanzando lo que nos proponemos. 

Si las metas no se cumplen en el tiempo que habíamos pensado, seguramente se cumplirán más adelante.

Esta situación nos dejará un aprendizaje: es cuestión de tiempo, no debemos culparnos si nos parece que cometimos algún error. Esto nos permitirá saber cómo hacerlo diferente la próxima vez.

Es el empeño y la intensión que vamos a  poner lo que nos ayudará en la consecución de las metas.

No temas a afrontar las distintas nuevas situaciones que nos pone la vida por delante,  debemos vivirlas poniendo todas nuestras capacidades.

Sin temores podremos disfrutar de los logros que iremos alcanzando, a nuestro tiempo, no al tiempo de otros.

  1. No realices comparaciones:

Cada persona es diferente.  Tenemos en nuestra mochila nuestra historia, quiénes han sido nuestros referentes, cómo fue nuestro proceso de aprendizaje, con quiénes nos vinculamos durante el transcurso de nuestra vida, quién nos dio el afecto necesario y ayudó  en la conformación de nuestra personalidad.

No pierdas el tiempo en realizar comparaciones que no tienen ningún sentido.

Eres una maravilla única, la vida es un regalo que te dieron. Disfruta al máximo de este regalo, que no será por toda la eternidad, tiene un tiempo determinado. Haz que ese tiempo sea maravilloso. Céntrate en ti.

Preocúpate únicamente de tu propio crecimiento personal. Es el único tiempo que tiene sentido dedicar, a construir y configurar tus propias convicciones, reafirmar tus valores, confiar cada día un poco más en tu proceder y en tus capacidades.

No tienes tiempo para pensar en cómo llevan su vida los demás, (que ya ellos tienen demasiado con sus propios temas), ni tampoco te aportará nada que te ayude a construir.

Recuerda que tu vida se da en un contexto determinado, lo que la hace única e incomparable con otras personas y otras situaciones.

Comparar con otras personas es un gran error que muchos cometemos, pero llegó el momento de dejar de hacerlo. No sólo no te aportará en ningún sentido sino que  no te llevará a ningún lugar que te permita seguir construyendo la persona que quieres ser.

  1. Comienza a confiar más en ti:

Te propongo el siguiente ejercicio:

Escribe una carta en la que describas todo aquello que no te gusta de ti.

Es importante que lo hagas con cuidado de modo de no dejar nada afuera.

 Léela con atención,  valora y piensa en aquello que sientes que necesitas y puedes mejorar.

Finalmente, despídete de la carta y rómpela, ya que será una forma simbólica de “volver a comenzar”.

 A partir de este momento, comienza el proceso de un nuevo aprendizaje:

Comenzar a confiar en ti mismo.

Siempre podremos hacer “borrón y cuenta nueva”.

Tracemos una línea imaginaria y comencemos desde ahí.

Es tiempo de cambios. Cambios que son de aquí en más nuestra responsabilidad.

  1. Haz críticas constructivas acerca de ti mismo

Que todo lo que te digas sirva para mejorar, no para estancarte y culpabilizarte.

Aprende a mirarte “desde otro lugar”, no es necesario “poner la vara tan alta” a la hora de auto evaluarte, ya que de esta forma sólo conseguirás ver una imagen “devaluada” que estamos seguros que no es real, sino que está en tu cerebro y sólo tu accionas el botón para activarlo.

Cambia la actitud a la hora de “verte”.

 Una mirada optimista, esperanzadora y con cierta dosis  de humor es la única que te ayudará a construir un camino saludable y con la solidez que necesitas. 

Cualquier “consejo”, provenga de quien provenga, pásalo por  un “filtro criterioso”, mira con cuidado quién emite esa opinión y piensa que facultades tiene esa persona para emitirlas y cuánto te conoce.

Solo piensa en considerarla si es constructiva. Si no lo es, no pierdas tu tiempo siquiera en reflexionar acerca de la misma. No te aporta = no te sirve = afuera de tu vida. No es necesaria.

De esta forma, viendo los comentarios con cuidado y el criterio necesario, no te afectará lo que piense o diga “cualquiera”.

 

  1. Comienza a quererte a ti mismo:

Esta convicción es fundamental para comenzar a cambiar todo tu estilo de vida.

Quererte a ti mismo significa que puedas darte la oportunidad de construir y establecer tu “mejor versión”, descubrir todo el potencial que tienes.

 Una vez construida,  generar la convicción de que es “la mejor”, admirarla y sentirte seguro de que contiene todos los valores que entiendes prioritarios para ti y también para quienes te rodean.

Una vez construida esa certeza todo comenzará a ser diferente, ya que esa convicción te dará  la seguridad y tranquilidad de que tu personalidad está consolidándose.

Tendrás  la estabilidad psíquica necesaria, que te permitirá tomar las decisiones con mucha tranquilidad y determinación.

Quererte a ti mismo es generar esta convicción.

Identificarte con esta idea, sentirla propia y defenderla.

Esta fortaleza psíquica ganará mucho terreno y cada vez menos te influirá lo que puedan opinar o decir otros acerca de tus decisiones, ya que las has tomado con seguridad y estabilidad.

Esto también hablará de una gran responsabilidad y madurez en tus acciones y tu forma de vida, donde tengo que estar alineado entre lo que siento, pienso, digo y finalmente termino haciendo.

 

 

  1. Disfruta de tiempo de calidad

Haz actividades que te hagan sentir bien, que te generen la convicción de que vas por el camino correcto.

Disfruta de las distintas opciones que entiendas te dejen un aprendizaje y te ayuden a vivir una vida más plena.

Vincúlate con distintos grupos de personas, todas te dejarán un aprendizaje. Relaciónate con ellas mostrándoles que eres auténtica/o y no reprimas tus deseos de expresarles que te sientes cómoda/o con ellos, con palabras, con actitudes o si lo sientes, siempre será bienvenido un abrazo.

Exprésate con espontaneidad, alegría y honestidad, de esta forma serás siempre aceptada/o y bienvenida/o. Las personas necesitan a quiénes les dan afecto, esperarán con ansias encontrarte para  compartir momentos.

  1. Piensa en cambiar algunas cosas…

Hay personas que viven sosteniendo sobre sus hombros mochilas llenas de peso: trabajos que no les satisfacen, muchas horas de su vida cumpliendo funciones que desgastan, relaciones que no les aportan nada, hábitos que no les gustan… Para superar todos estos inconvenientes, es preciso tomar control sobre la situación, comenzar a pensar en asumir riesgos diferentes, asumir situaciones que realmente hagamos con placer y disfrute.

La vida está en continua evolución, no debemos quedarnos “estancados” en un lugar. Salgamos de nuestra “zona de confort”, muchas veces ese lugar nos “paraliza”. Salgamos de la misma en busca de cambios que nos generen placer y nos hagan sentir que estamos viviendo una vida digna de ser vivida, una vida con sentido.

  1. Perdiendo los miedos:

 

Es fundamental que pierdas el “temor a equivocarte” a la hora de hacer un comentario o expresar algo que estás pensando.

Todas las personas se equivocan. Todos cometemos errores más o menos importantes de forma involuntaria.

Tenemos que dejar de sobredimensionar determinadas cuestiones en el entendido de que no fueron “bien hechas” o “bien dichas”.

Defendamos la espontaneidad!!

Se espontáneo y si te equivocas, ríete de ti mismo, es una muy buena forma de construir tu camino.

El sentido del humor nos enseña también un camino a seguir.

Caminemos sin temor a equivocarnos, utilizando todo nuestro potencial  y desarrollando nuestras habilidades, poniendo lo mejor de nosotros en ese camino.

 

  1. Al final de cada día, reflexiona…

Piensa en todo lo bueno que has vivido,  los desafíos que has logrado superar, las cosas nuevas que te has animado a experimentar, los sueños que has comenzado a realizar....

Será fundamental que comiences a incorporar estos conceptos a tu vida cotidiana.

 Y recuerda, eres responsable de tu cambio.

 Todos tenemos nuestros tiempos, no debes apurarte…pero será fundamental tu cambio de actitud en este sentido.

La toma de conciencia te pone “en la puerta del cambio”.

CURSO Terapia De Parejas

El curso brindará herramientas para el aprendizaje y abordaje de las distintas problemáticas por las cuáles consultan las parejas. 
Distintas técnicas de utilización en la práctica (test, cuestionarios, etc.) para facilitar los objetivos propuestos. 
Coordinación completa, desde la primer entrevista hasta el cierre y finalización de la terapia 
Modalidad teórico/práctico de 1 hora 30 minutos de duración por clase. 
10 instancias: 27/4 18/5 1/6 22/6 6/7 20/7 3/8 17/8 7/9 y 21/9

Sentirse vacío: Un síntoma de algo más

El vacío emocional puede estar causado por muchas razones. Una de las más habituales es la pérdida de un ser querido, ya sea porque ha muerto o porque se ha producido una separación. Sin duda, la ausencia de la persona que durante cierto tiempo le ha proporcionado un propósito y estructura a tu vida, puede desencadenar esa sensación de vacío interior. Ocurre con frecuencia cuando se pierde un hijo (o cuando estos se van de casa) o se produce una separación de pareja.

Olvidar un amor imposible

A veces hay amores imposibles que no producen satisfacción, sino que se enquistan en lo más profundo del corazón y provocan mucho daño. En esos casos, lo mejor es aceptar la realidad y aprender a olvidar a esa persona, pero olvidar a alguien a quien amamos, aunque ese amor nos duela no es tarea fácil.

Consultorio

Gustavo Gallinal 2322
Montevideo  Uruguay

Teléfono

094 567 508